domingo, 5 de junio de 2011

Caballucos del Diablo

Los Caballucos del Diablo son seres mitológicos de Cantabria que aparecen en la noche de San Juan volando entre llamas, humo y emanaciones de azufre y atronando en el silencio de la noche con bramidos infernales producto de la furia liberada tras todo un año de continencia.


Cuenta la leyenda que son siete y parecen libélulas gigantes, pues tienen largas y transparentes alas, y vuelan por los cielos nocturnos cántabros. Sus colores son rojo, blanco, azul, negro, amarillo, verde y anaranjado. Vuelan siempre juntos y el primero de ellos es el caballo rojo, el más grande y robusto, el jefe que lidera y dirige a los demás en su búsqueda. Quienes han visto a los caballucos dicen que el mismísimo diablo monta uno, y que el resto son cabalgados por demonios.

 La noche de San Juan es la propicia para las fechorías de los Caballucos del Diablo. En forma de caballos alados tienen el vicio de querer estropear la noche a los que se reúnen junto a la hoguera, escupiendo fuego y bramando por su boca… La Anjana nada puede contra ellos pero hay un remedio: encontrar el trébol de 4 hojas, la yerbuca de San Juan.

“A quín coja la yerbuca

la mañana de San Juan,

no li dañarán culebras

ni caballucos del mal.”

Según el mito, estos caballos del infierno fueron hombres pecadores que perdieron su alma y se vieron obligados a vagar por Cantabria el resto de la eternidad. El caballo rojo fue un hombre que prestaba dinero a los campesinos y luego mediante sucias tretas embargaba sus propiedades; el blanco era un molinero que robaba muchas maquilas del molino de su señor; el negro era un ermitaño que engañaba a las gentes; el amarillo un juez corrupto; el azul un tabernero; el verde un terrateniente que deshonró a muchas jóvenes y el naranja un hijo que por odio maltrataba a sus padres.

Cantabria, tierra de enigmas y de misterios por resolver

Cantabria tiene, como toda tierra que se precie, sus mitos, sus brujas y unos cuentos que los mayores narraban a los chicos en las noches de invierno junto a la lumbre. Unos relatos que desde los tiempos más remotos sirvieron de entretenimiento en todas las aldeas y villas de la región hasta que los hogares fueron invadidos por la radio, luego por la televisión e Internet.


Ahora, junto a ese legado de supersticiones y creencias mágicas, la editorial torrelaveguense 'Cantabria Tradicional' acaba de publicar un libro 'Enigmas de Cantabria' del que es autor Francisco Renedo Carrandi. El volumen es una recopilación de algunas de esas viejas historias perdidas en el caminar de los siglos. Pero el narrador no se queda ahí. En su lucha para que las jóvenes generaciones puedan conocer ese ayer, incluye en su libro otros casos relacionados con la ufología, desde el avistamiento de objetos volantes no identificados sobre el firmamento cántabro o hechos misteriosos como las supuestas apariciones marianas en San Sebastián de Garabandal, un pequeño enclave rural en aquella España de los años sesenta del pasado siglo XX, que hasta la fecha nadie ha podido aclarar totalmente.

Para confeccionar 'Enigmas de Cantabria' Francisco Renedo, a la manera de los viejos reporteros, se documentó en las fuentes de periódicos y bibliotecas y luego acudió a los pueblos para recoger los testimonios más posibles de los que atestiguaron ver cosas extrañas en una intensa labor de campo. Él expone los casos y procura que su narración se ciña a los relatos que le transmitieron sus entrevistados para intentar ser lo más objetivo posible y realizar los menos juicios posibles. Es el lector el que decide luego si ese asunto que se le cuenta con ilustraciones y fotografías tiene indicios de verosimilitud o es una simple patraña para mentes crédulas e infantiles.

Son 256 páginas y 26 los casos recogidos. En ese amalgama de casos diversos y distintos figuran desde la leyenda del hombre-pez de Liérganes, la bicha de Labarces y otros reptiles de la región, como la historia del Cristo de Limpias.

También tienen su capítulo algunos casos de fenomenología fantasmagóricamás reciente, como el acaecido en el palacio Eguilior de Limpias del que daba cuenta la prensa regional el 15 de mayo de 2001, cuando el Gobierno de Cantabria compró a la familia del conde de Albox, Manuel Eguilior y Llacuno, el inmueble para convertirlo en parador de turismo. El personal de la empresa que realizaba el desescombro y la limpieza para adaptar el edificio a su nuevo uso hostelero notó ruidos extraños y golpes y hasta el sónido de un piano.

Hay otros que hablan de avistamientos de objetos volantes no identificados sobre los cielos de la región.

No se escapa de esa recopilación de sucesos extraños, el caso de Montehano o de la osa de Andara.

Tampoco el que llama 'misterio del vuelo de Aviaco', cuando una aeronave que volaba el 31 de enero de 1979 de Valencia a Bilbao fue desviada por niebla en Sondica al aeropuerto de Parayas o el de una famosa mujer en los Picos de Europa conocida como la Osa de Andará.

También dedica un capítulo de su libro a un suceso que denomina 'La luz de Cayón'. El fenómeno sucedió el 13 de octubre de 1978. Un vaquero, Juan Cobo Setién se encontraba a la medianoche a la puerta de su cuadra. De pronto observó que en un prado próximo a donde se encontraba avanzaba una intensa luz «como echando chispas..., a la vez que se formó un extraño viento y un gran reflejor». Ese avistamiento fue apreciado por una pareja que se encontraban a esas mismas horas en un automóvil «era alargado, como de un metro de largo, parecía un globo luminoso». Esas supuestas luces o luminarias fueron apreciadas por otras personas de la zona en otros meses del año.

Renedo abre su libro con un capítulo dedicado a 'El cantu tescoru' (el pico El Aguijón en el pueblo campurriano de La Abiada) donde se practicaba el arte de adivinar el porvenir por las costumbres y vuelos de las aves por el aire. Le sigue otro sobre las características particulares de las hechiceras y de las brujas en Cantabria y aborda algunos de los procesos incoados por la Inquisición contra algunas mujeres de esta tierra, como María Zianca de Limpias.

El prologo de 'Enigmas de Cantabria' está escrito por el licenciado en Historia Mariano F. Urresti, autor de 'La cara oculta de Jesús' y colaborador de revistas dedicadas a asuntos relacionados con los enigmas, el hombre, el universo y el más allá de la ciencia. «Este libro está repleto de historias que se encuentran al otro lado del espejo. Recorriendo sus páginas me he visto a mí mismo en casi todas ellas, pues recorrí esos mismos senderos hace mucho tiempo, antes de que otros cruces de caminos me atrajeran más poderosamente».




En ese recopilar historias de Renedo, los amigos de la ufología están de enhorabuena. Pueden perderse a través de las páginas en el contacto con seres extraños que llegaron a bordo de aeronaves extrañas y partieron por ensalmo. Julio Verne, el hombre que metió el gusanillo de leer a muchos niños a través de sus anticipados relatos de una época que aún no había llegado pero que está, seguro que leería con agrado los avistamientos  de los que da cuenta Renedo.