sábado, 27 de febrero de 2010

Parque de Cabarceno







En el Parque de la Naturaleza de Cabárceno encontrarás un lugar en el que divertirte y aprender contemplando a los cientos de animales que alberga en régimen de semilibertad.

Cueva el Soplao






Los visitantes podrán disfrutar de 1.500 metros de recorrido dentro de la cueva, cuya longitud total es de 17 kilómetros.

Para facilitar el acceso se ha construido un tren minero, que después de recorrer unos 400 metros, deja al visitante en la entrada de la misma cueva para el inicio del recorrido. Abandonando el tren a la entrada de la cueva, ya bajo el subsuelo, se recorren unos 60 metros a través de una antigua galería minera que se dirige a la cueva propiamente dicha, donde podemos disfrutar de unas maravillosas formaciones.

Estelas

viernes, 26 de febrero de 2010

Marmita de bonito


Ingredientes (4 personas):

* 1/2 Kgr. de bonito
* 4 cebollas
* 1 cucharón de aceite de oliva



* 5 patatas
* 1 vasito de vino blanco
* Sal

Preparación de la Receta Marmita de Bonito:

Paso 1: Preparar el bonito, quitándole la piel y cortandolo en dados.

Paso 2: Las patatas se pelan y se cortan en trozos grandes.

Paso 3: Las cebollas se cortan en juliana y se ponen a pochar en una cazuela con aceite de oliva, a fuego lento.

Paso 4: Cuando la cebolla empiece a dorarse, se añaden las patatas, un vasito de vino blanco y se cobren de agua.

Paso 5: De dejan cocer a potencia máxima durante unos 10 minutos.

Paso 6: Se añade el bonito y se baja la potencia a medio o a fuego lento, para que el bonito de haga durante 15 minutos más (+ ò -). Debe de cocer con la cazuela semi tapada.

El Esteru


El Esteru un leñador perteneciente a la mitología cántabra que durante el día de Navidad lleva regalos a los hogares de la región. Se ha recogido documentación sobre esta creencia en lugares de Cantabria como Cobijón (Udías) y Ruiseñada (Comillas), municipio este último donde el Esteru goza de gran popularidad y aparece todos los años en su Cabalgata de Reyes, sobre todo en los últimos años del siglo XX y primeros del XXI. Es por tanto, junto a las anjanas, uno de los símbolos más representativo de las navidades en Cantabria. También en pueblos de Asturias, como en Llanes, hay constancia de esta leyenda.

Bandera de una division cantabra

Labaru Cantabru


Lábaro cántabro (lábaru cántabru en montañés) es el nombre que recibe la interpretación moderna de un antiguo estandarte militar conocido por los romanos como cantabrum. Éste consiste en un pendón de tela de color púrpura sobre el cual está bordado un círculo rodeado de una decoración geométrica con cuatro crecientes lunares enfrentados dos a dos.

Nueve valles

Escudo de Santander

jueves, 25 de febrero de 2010

Sobao pasiego


El sobao es un producto típico de los Valles Pasiegos (especialmente, de Selaya y Vega de Pas) y uno de los más representativos de Cantabria (España). En la receta primitiva los ingredientes eran la masa de pan, el azúcar blanco y la mantequilla. En el sobao pasiego antiguo se añadían dos huevos, una cáscara de limón rallada y el licor de anís o ron. El sobao moderno surgiría en el año 1896, cuando una cocinera del doctor Madrazo, Eusebia Hernández Martín, sustituyó la masa de pan por harina.

Cocido montañes



De Wikipedia, la enciclopedia libre
Cocido montañés.

El cocido montañés es el plato gastronómico típico de Cantabria que, a diferencia de otros tipos de cocidos típicos de España como el madrileño, el maragato o el lebaniego, no lleva garbanzos como elemento principal del plato. Es un guiso de interior cuyos componentes esenciales son la alubia blanca y la berza a las que se añade el compango (chorizo, costilla, morcilla y tocino) procedente del matacíu del chon.

Es un plato fuerte al tener un gran aporte calórico, por lo que sacia bastante el apetito y a veces se come como plato único, degustándose la parte vegetal de primero y la carne como segundo. Este hecho no es banal dado que el cocido montañés suele ser mucho plato si se desea probar algo más que el postre.

Se cree que surgió en el siglo XVII y se preparaba para combatir los rigores del clima invernal húmedo y frío de La Montaña.

Actualmente dentro de la región tiene fama y destaca en su preparación el Valle de Cabuérniga, siendo la zona del cocido montañés por excelencia.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Rabel de polaciones

Vestimenta para el trabajo diario

Traje tipico de Villaverde de Trucios

Traje tipico de la comarca del rio Miera

Traje tipico de Cabuerniga

Traje tipico del Pas

Traje tipico de romeria

Traje Campurriano

Dia de Cantabria


El Día de Cantabria, más conocido como Día de La Montaña, se celebra el segundo domingo de agosto, en la localidad de Cabezón de la Sal, en Cantabria (España) y es un día de exaltación de las costumbres, tradiciones y valores etnográficos de la región.

Durante este tiempo miles de personas llenan las calles de la villa alrededor de las principales actividades, las cuales giran en torno al folclore, deporte rural, artesanía y mercado de productos típicos, desfile de carrozas y carretas y la pasá de ganado tudanco. Todo ello amenizado con música y danzas típicas de La Montaña mediante demostraciones interrumpidas de grupos de danzantes, picayos, pandereteras, solistas, rabelistas, piteros, gaiteros, trovadores, rondas de mozos, etc.

La Vijanera


La Vijanera [editar]
Artículo principal: La Vijanera
El oso de La Vijanera en Silió.

Es una de las fiestas más típicas de la comunidad autónoma de Cantabria. Se celebra en la localidad de Silió (Molledo) el primer domingo de enero. Consiste en una mascarada de invierno en la cual participan numerosos personajes disfrazados, entre los que destaca la figura del zomorromoco, quienes se desplazan hasta el límite del pueblo o municipio vecino para expulsar a los malos espíritus.

domingo, 21 de febrero de 2010

Fiestas en Santander





La capital cántabra celebra dos fiestas patronales de interés local: la de la Virgen del Mar y la de los Santos Mártires, aunque la festividad de Santiago es otra de las más destacadas de la ciudad.

Virgen del Mar. Esta fiesta tiene lugar el lunes posterior al domingo de Pentecostés, en la segunda quincena de mayo o la primera de junio en el santuario donde se venera su imagen, situado en el núcleo de San Román de la Llanilla. En ella es habitual la celebración de una misa, a la que se sigue una multitudinaria comida campestre y numerosas actividades lúdicas que se prolongan durante toda la jornada. El culto a esta advocación marinera se remonta al siglo XIV y su origen se relaciona con diversas leyendas y el voto que los Cabildos civil y eclesiástico de Santander ofrecían a la Virgen.

Santos Mártires. Las fiestas patronales de San Emeterio y San Celedonio se celebran el 30 de agosto. Este día se recuerda la legendaria aparición de la reliquia de sus cabezas sobre una barca de piedra, a comienzos del siglo VII. Coincidiendo con esta festividad se programan numerosos actos enmarcados en la denominada ‘Semanuca’, que incluyen, entre otras cosas, una misa en la catedral, diversas actuaciones musicales y el lanzamiento de fuegos artificiales desde El Sardinero.

Santiago. Con motivo de la festividad del 25 de julio se celebra en Santander la 'Semana Grande', que incluye multitud de actos y festejos, algunos de los cuales se prolongan hasta la primera quincena de agosto. Entre las principales atracciones de la misma figuran la feria taurina celebrada en el coso de Cuatro Caminos, que goza de gran prestigio, la instalación de las ferias en Rostrío, así como la organización de conciertos en diferentes puntos de la ciudad, como los Jardines de Piquío, la Plaza Porticada o el Palacio de Deportes. De forma paralela se desarrollan los festivales populares en el auditorium del parque de San Roque, en el corazón del Sardinero.

Además de las obligadas celebraciones de Reyes, Carnaval y Semana Santa, el calendario festivo de la capital cántabra contempla la festividad de San Juan, la noche del 23 al 24 de junio, en la que tiene lugar la quema de la hoguera en la Segunda playa de El Sardinero; el Día Infantil de Cantabria, que se celebra desde hace más de dos décadas el primer domingo de junio en la Península de la Magdalena; la Romería del Faro, en la que el folclore cántabro (actuaciones de grupos corales y de danzas y deportes rurales) se convierte en protagonista de esta cita organizada el último domingo de agosto; y los Baños de Ola, que cada verano a mediados de julio conmemora los inicios turísticos de la Santander burguesa y aquellas estampas costumbristas en las que aparecían los primeros bañistas del siglo XIX. Además, los diferentes barrios santanderinos cuentan con sus propias fiestas, de la misma forma que el resto de núcleos del municipio.

sábado, 20 de febrero de 2010

Bolo Pasiego


El bolo pasiego es una de las cuatro modalidades del juego de bolos que se practica en Cantabria: bolo palma, pasabolo tablón, pasabolo losa y el propio bolo pasiego. Como su propio nombre indica, hablar del bolo pasiego conlleva inequívocamente a hablar de las villas pasiegas y sus gentes. Su ubicación geográfica se encuentra principalmente en La Vega de Pas, San Pedro del Romeral y algunos municipios del ayuntamiento de Luena. Su origen se pierde en el transcurrir de los años, siendo los detalles del mismo, así como los de su evolución, tan poco conocidos y fiables como la de los propios pasiegos, si bien se le supone varios siglos de existencia. De hecho, es considerado por algunos historiadores como el más antiguo de los juegos de bolos de la región, pudiendo incluso ser el ancestro del resto de las modalidades. También se le atribuye un posible origen común con el bolo tres tablones burgalés, estando constatadas las relaciones entre practicantes de ambas modalidades debido a la proximidad geográfica.

A diferencia del resto de las modalidades del juego de bolos que se practican en Cantabria, el bolo pasiego ha sufrido muy pocas variaciones en la forma de desarrollo del juego, propiciado en gran medida por el propio aislamiento de los pasiegos derivado de su estilo de vida y la holografía del terreno en el que habitan. Hasta ahora sin ningún tipo de reglamento oficial más que el que se transmitía de forma natural de generación en generación, el bolo pasiego es básicamente eso, un juego, más allá de competiciones. Su práctica es eminentemente lúdica, y se realiza actualmente en los meses de verano en fines de semana y días festivos, mientras que antiguamente se desarrollaba siempre que se tenía la ocasión. En algunas de estas fiestas se desarrolla un concurso individual, congregándose gran cantidad de aspirantes al título de mejor jugador de bolos, título muy reverenciado. En ocasiones se añade al propio atractivo de una partida el aliciente de una apuesta. Si bien esta práctica está actualmente en desuso, era cosa corriente hace no muchos años, y son numerosas las historias de apuestas importantísimas a partidas de bolos.

El juego del bolo pasiego es practicado casi exclusivamente por los varones, y es también practicado por los niños, siempre que la bolera está libre de los mayores, siendo un ritual de aceptación social cuando un joven comienza a jugar con los adultos y se le tiene en cuenta a la hora de formar partidas. Los grandes jugadores son muy respetados, siendo casi siempre los últimos del equipo en tirar cayendo así toda la responsabilidad sobre ellos. Son los "bueyes viejos que sacan el carro adelante". Las grandes hazañas de partidas pasadas son recordadas con asiduidad, así como los casos de falta de puntería más inverosímiles. Frases como "bolos son diablos" son expresiones del pensamiento de que jugando a los bolos cualquier cosa puede ocurrir.

Traineras



Remo

Las Traineras es un deporte perteneciente a el remo en banco fijo que se practica en toda la costa norte proveniente de la pesca y del remolque de grandes barcos (cuando no existían los remolcadores mecánicos). En Santander las "regatas" se celebran desde 1856.

Las traineras no eran embarcaciones ligeras y veloces como las que se utilizan hoy en las competiciones. Era una embarcación tosca y pesada, pero muy útil en las largas y pesadas jornadas de pesca. Sin embargo, estos pescadores, supieron convertir su trabajo en un espectáculo, en una tradición que persiste en nuestra cultura: las regatas. Estos remeros transmitían su pasión y oficio a sus hijos, generación tras generación.

Las tripulaciones están compuestas por trece remeros, divididos en seis bancadas de dos y uno en la proa al que se denomina proel. Además de los remeros, las embarcaciones están conducidas por el patrón, que es el que ejerce las tareas del timonel y marca el ritmo de las paladas. Son embarcaciones de banco fijo que pesan poco más de doscientos kilos.

Se celebran durante el verano y cada pueblo organiza una de ellas. Inumerables personas se agolpan en los lugares en los que se celebran para animar a sus embarcaciones, ya que es la rivalidad entre los distintos pueblos la que provoca que haya un gran colorido y emoción. Prácticamente cada uno de los pueblos de la costa tiene un club de remo que se distingue con un color característico. Se celebran unas veces en las aguas "tranquilas de las bahías" y otras veces en mar abierto. Pueden darse varias vueltas entre boyas (a la maniobra de giro se le llama "ciaboga" y al tramo "largo") o contrarreloj y en mar abierto se suele hacer con un único largo.

A las competiciones se les llama banderas y todos los pueblos que tienen un equipo de traineras normalmente tienen la suya, incluso varias. En Santander, actualmente hay varias banderas, las más importantes son: la bandera Sotileza (desde Faro Mayor al palacete), la bandera Caja Cantabria (de la misma forma que la anterior) y la del Banco de Santander, además del campeonato regional (en la bahía) y la bandera de la Bahía de Santander. En cada bandera se suelen cruzar apuestas lo que hace aún mayor el interés en ellas.

La regata cumbre de toda la temporada se celebra en San Sebastián. La Bandera de La Concha es la máxima aspiración para cada uno de los clubs que compiten en las aguas del cantábrico, ya que sólo las ocho mejores embarcaciones pueden aspirar a llevarse este trofeo. Vencer en esta regata es el mayor premio al que una embarcación puede aspirar.

Los equipos de Cantabria son:

Santander
Castro
Astillero
Pedreña
Camargo
La Maruca
Pontejos
Colindres-Laredo
Santoña
Suances

El remo en banco móvil está verdaderamente promocionado como deporte. No ocurre igual con el remo en banco fijo, aunque los motivos de tal desigualdad lo lleva su propia historia y su estructura. A su vez, esta historia y estructura están marcadas por la funcionalidad de las dos modalidades. Mientras que el remo en banco móvil se instauraba a finales del siglo XVIII y principio del XIX, y se institucionalizaba su práctica como "amateurs" en las universidades, el remo en banco fijo se mantenía como una práctica portuaria en embarcaciones que tenian la finalidad de "remolcadores" de buques, o para llegar con mayor rapidez a la lonja para la venta del pescado. Sólo este breve comentario, ya nos hace ver la diferencia que va ha condicionar el desarrollo posterior de cada una de las modalidades. El remo en banco móvil tomaba el camino de convertirse en todo un deporte que entraría a formar parte de los Juegos Olímpicos de 1900 en París –ya presentado en 1896, teniendo que ser suspendidas las pruebas–. Así crecerá y se difundirá no sólo la práctica de esta modalidad sino, además la estandarización de las embarcaciones, los materiales y características de los botes y, toda una reglamentación al respecto. Regresar al banco fijo es observar el reverso de la moneda. Su práctica local siempre ha tenido sus pormenores, pero se ha mantenido por la fuerza de la tradición. Esto mismo, es motivo de que existan tantos tipos de embarcaciones, cada cual aferrado a su localidad natal. Esta diversidad se da incluso en regiones muy cercanas entre sí. En España mismo, podemos encontrar varios tipos de embarcaciones de remo en banco fijo: traineras, trainerillas y bateles en la cornisa cantábrica; el falucho en la Comunidad Valenciana y el Lagut en Catalunya.

Todas las embarcaciones de banco fijo son más bien toscas en su estructura, grandes y de peso considerable. Su envergadura da capacidad a un buen número de remeros (13 en la trainera, 8 en el Falucho ó 6 en el Lagüt). Es esta capacidad la que proporciona a estas embarcaciones una necesaria visión de conjunto, de equipo, y proporciona a la vez cierto aire majestuoso, de primitivo, de fuerza y poder. Todo el conjunto actuando a una sola vez, coordinando todo el esfuerzo en una perfecta realización de los movimientos. Todos los remeros perfectamente alineados entrando el remo a la vez en el agua, lanzando el bote que se desliza por las aguas. El considerable esfuerzo de mover embarcaciones tan pesadas (el Falucho pesa alrededor de 400 kilos) se ve apoyado por el compañerismo, codo a codo, de todos los remeros y su perfecta coordinación.

* Las trainerillas son traineras embarcación de poco calado, larga y estrecha y muy afilada de proa y popa, utilizada en la costa norte de España para la pesca de la sardina y la merluza.
* Los bateles son botes de pesca de dos proas y tres remos (uno usado como espadilla), propio de las costas del norte.

San Vicente de la Barquera











San Vicente de la Barquera, visita al Medievo
05-11-2009 | Miriam Callejo
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San Vicente de la Barquera, localidad costera, era lugar de parada obligada en el trayecto hacia Asturias y lugar de tránsito obligado hasta hace algunos años, para llegar a la región vecina. Una costumbre de este largo viaje, sobre todo para los niños, era cruzar el Puente de la Maza –construido en el siglo XV-, por el que se llega a la localidad, conteniendo la respiración.

San Vicente de la Barquera, habitada casi de continuo desde la Prehistoria, está vinculada estrechamente a la mitología regional cántabra, pues es el hogar del Cuelebre; enorme dragón que habitaba en los acantilados próximos y que devoraba doncellas a cambio de dejar intactos a los vecinos. Durante siglos fue un importante puerto de mar, formando parte de la Hermandad de las Cuatro Villas de la Costa del Mar junto con Santander, Laredo y Castro Urdiales.

En un entorno de contrastes geográficos, en San Vicente se pasa de marismas a montes y montañas en apenas 30 kilómetros, lo que hace la panorámica de la villa sencillamente espectacular. En esta vista general destaca sobremanera el Castillo del Rey, construido durante la Alta Edad Media, fruto de la época dorada bajo el reinado de Alfonso VII, y que preside sobre un promontorio el resto de las edificaciones.

Aunque en Cantabria no abunden los edificios góticos, los pocos que nos han llegados son espectaculares. La muestra de ello es Santa María de los Ángeles, la iglesia principal, de grandes dimensiones, y que constituye la otra seña de identidad de San Vicente, además de lugar de visita para quienes se encuentren realizando el Camino de Santiago por el Camino del Norte.

La visita a San Vicente no está completa si no se acude la Puebla Vieja, los restos de la antigua villa medieval, rodeados aún por partes de la muralla, que contrasta con los edificios de construcción más reciente que la rodea, y donde aún se erigen orgullosos algunos palacetes de la antigua nobleza barquereña.

El segundo domingo posterior a la Semana Santa tiene lugar La Folía. La Virgen de la Barquera sale en procesión desde la iglesia, amenizada con danzas, hasta el puerto para luego dar un paseo por mar en los barcos de los pescadores.

- Información práctica:

*El interior de la Iglesia de Santa María de los Ángeles es visitable de forma gratuita. Durante los meses de verano a diario, el resto del año los fines de semana y durante Semana Santa.

* El Castillo del Rey es visitable de forma gratuita durante el verano.

Cocido Lebaniego


Cocido

Las regiones del norte de España son conocidas por el frío que hace en invierno. Si pensáis en cómo sería vivir en las montañas de Cantabria hace un par de siglos sin calefacción en pleno invierno imaginaréis que entre las bajas temperaturas y la permanente sensación de humedad resultaba tremendamente difícil que los cuerpos de los cántabros entraran en calor.

Si además se dedicaban a la agricultura o la ganadería precisaban de fuerzas para poder desempeñar el duro trabajo diario. Así, ¿cuál pensáis que era la forma en la que poder hacer frente tanto al frío como al desempeño de sus labores? Pues mediante la comida, que cuantos más hidratos llevase mejor les venía. De ahí es de donde proviene uno de los platos más típicos de la comida cántabra: el cocido montañés.

Como su propio nombre indica era el que comían los montañeses y les daba numerosas fuerzas. Para muestra, atención a los ingredientes necesarios para realizar esta receta: alubias blancas, berza o repollo picado, patatas troceadas y toda una variedad de productos cárnicos como son tocino, chorizo, morcilla, costilla de cerdo o, incluso, oreja de cerdo. Este plato es similar a la fabada asturiana aunque, en realidad, la receta de la región vecina contiene aún más calorías.

Algo en lo que las dos recetas coinciden es en que deben prepararse con anterioridad. La víspera deben ponerse las alubias a remojo y será el primero de los productos en ponerse al fuego que, poco a poco, va acompañándose de las verduras y, después, los diversos productos cárnicos en función del grado de cocción que precise cada uno de ellos. Si os habéis quedado con hambre, cosa que dudo podéis completar el menú con algún típico postre cántabro, como son las corbatas de Unquera.

El otro cocido más importante de cuantos se pueden degustar en Cantabria es el lebaniego, que recibe su nombre de Liébana, de donde es originario. La diferencia entre unos y otros es, básicamente, las legumbres que sirven como producto principal. En el caso de el cocido lebaniego son los garbanzos. El resto de ingredientes son los mismos que para el cocido montañés, aunque pueden añadirse también unos fideos, como ocurre con el cocido madrileño.

En este caso la elaboración es diferente, ya que se empieza por cocinar primero los productos cárnicos y, una vez empiecen a cocer se añade al puchero los garbanzos, que habrán estado a remojo durante la noche anterior. A la hora de llevarlo a la mesa hay diferentes formas de presentación: todo junto o en dos platos, incluso tres, diferentes. Hay quienes acompañan el plato con unos picatostes en los que el pan se remoja en leche y se reboza con huevo, ajo y perejil.










Disfrutar del buen pescado en la costa cantabra
22-12-2009 | Noelia Rodriguez
sin comentarios

pescado

Con la llegada del frío algunos empezamos a acordarnos del verano, de los rayitos del sol y de las buenas temperaturas. Dejando la mente volar en estos pensamientos uno recuerda la costa cántabra y entre el ruido de las olas y el olor a salitre de la playa se viene a la cabeza otro elemento propio del litoral de la región: las parrillada de pescado. ¿A que ya he conseguido que se os haga la boca agua? Pues ahora vienen lo bueno: no hace falta que estemos en verano para disfrutar de las delicias marinas de Cantabria. Podéis hacerlo en cualquier época del año, incluso en verano.

Y no creáis que las posibilidades son pocas. La franja costera de Cantabria abarca cerca de 150 kilómetros de recorrido por espacios naturales privilegiados, salpicados de playas, montañas y valles. Esto traducido en restaurantes significa un sinfín de posibilidades, miles, vamos.

Y es que claro os podéis encontrar con buen pescado y marisco en toda Cantabria, pero si lo consumís a la vera del mar, como que parece que sabe mejor. Y eso que estos productos constituyen sólo una parte de la rica gastronomía cántabra.

Las villas marineras de la región suponen una parada obligatoria para quienes quieran degustar lo mejor que ofrece el mar Cantábrico. Sea cual sea en la que os paréis disfrutaréis de una gran comida, pero por si os sirve de ayuda, vamos a ofreceros un itinerario gastronómico. Así, resulta de paso obligado Castro Urdiales, localidad conocida por el besugo, pero también los caracoles de tierra. Su cercanía y relación con el País Vasco hace que hayan cogido una de sus tradiciones más suculentas: sus barras de bar repletas de pinchos.

Laredo tiene mucho que ofrecer al visitante, empezando por el peculiar modo en que prepararan el bonito o por la gran cantidad de concursos gastronómicos que celebran, aunque suelen centrarse en la temporada de verano. Y a nadie se le puede olvidar Santoña, conocida en todo el mundo por sus conservas de anchoa y bonito.

Si vais a La Isla se recomienda degustar una langosta o un bogavante a la plancha, este último conocido en la zona con el nombre de ollocántaro. En Pedreña son reconocidas sus almejas y en San Vicente de la Barquera el sorropotún, una variante de la marmita, y las ostras. En lugares como Noja, Ajo, Loredo, Somo, Mogro, Suances y Comillas es posible disfrutar en verano de las parrillas al aire libre, donde degustar los autóctonos bonito, bocarte y sardina.

lunes, 15 de febrero de 2010

Escudo de Cantabria

Gastronomia Cantabra



GASTRONOMÍA DE CANTABRIA

Cantabria destaca por la exquisita calidad de sus productos autóctonos: desde sus quesos, pasando por la mejor selección de carnes y conservas, hasta llegar a los famosos pescados y mariscos del Cantábrico.

El marisco es el máximo protagonista de la mesa regional. De gran variedad y calidad, gracias a las frías y limpias aguas de las que procede. Si bien puede conseguirse en toda la costa, es en la bahía de Santander, donde se encuentran los mejores ejemplares. Buenos ejemplos son las almejas, mejillones, muergos, berberechos, nécoras, centollos, percebes, cigalas, langostas, caracolillos o bogavantes.

Calamares que, en la orilla del Cantábrico alcanzan un nivel de aromas y sabores extraordinarios. Lubinas, merluza, cabrachos, bocartes.. el bonito que da lugar a uno de los platos más típicos de la región: el sorropotún o marmita, hermana del marmitako vasco, pero con su personalidad. Las sardinas son un plato típico muy propio de puertos de pescadores, asadas.

Algunos de los platos cántabros de más renombre son la merluza en salsa verde, calamares encebollados en su tinta, o almejas a la cazuela.

El vacuno es la carne cántabra por excelencia donde destaca la de la vaca tudanca. No hay que olvidar que la feria Ganadera más importante de España se celebra en esta región: la Feria Nacional de Ganados de Torrelavega. La caza también ofrece carne de gran calidad; venado, corzo y jabalí. El cerdo, es un elemento clave para el cocido montañés, al que además se le añaden alubias, berzas y morcilla de arroz.

En cuanto a la repostería, destacar sus tradicionales quesadas pasiegas. Producto típico también es el hojaldre, que según la zona de la que estemos hablando adopta diferentes nombres: Corbatas en San Vicente de la Barquera; Polkas en Torrelavega; o Sacristanes en Liérganes.

Otros dulces notables son los frisuelos y el canónigo, ambos de Liébana, los corazones en Liérganes y La Cavada y los palucos de Cabezón de la Sal.

Otros postres que no son genuinamente cántabros, pero de gran tradición son el arroz con leche, las natillas y la leche frita, cuya degustación casera es un magnífico cierre de menú. También merece resaltar las mermeladas de frutas.

Es indiscutible la alta calidad de la leche cántabra, por lo que no puede extrañar que los derivados de la misma proliferen por toda la región. Queso de nata, que puede encontrarse por toda la región, picón, en Treviso y Bejes,

quesos ahumados, como los de Áliva o Pido, o los pequeños quesucos, realizados con la mezcla de leche de vaca y oveja.

La bebida más característica de esta región es el Orujo, elaborado artesanalmente, y destilado gota a gota. Dicen los entendidos que el orujo es una bebida excelente para aliviar digestiones pesadas.

viernes, 12 de febrero de 2010


La Comunidad Autónoma de Cantabria, constituida por una única provincia del mismo nombre, se encuentra situada en el norte de España, ocupando una posición casi central en la llamada cornisa cantábrica, con una extensión de 5.289 kilómetros cuadrados.

El mar Cantábrico es su límite natural por el norte; hacia el sur, y tras rebasar la cordillera Cantábrica, se encuentran las provincias de León, Palencia, y Burgos; al oeste, separado por el macizo de los Picos de Europa se halla el Principado de Asturias y, al este, el País Vasco.

La capital de región es Santander y está situada en la bahía del mismo nombre.

jueves, 11 de febrero de 2010

Flora de Cantabria


El espino albar o majuelo es un arbusto o arbolillo de hasta 10 m. de talla, con la corteza grisácea y ramas densas e intrincadas, armadas de fuertes y cortas espinas. Madera dura. Ramillas rojizas o amarillentas. Hojas pecioladas poseen 3-7 lóbulos generalmente profundos, agudos, más o menos enteros, a veces con dientes en el ápice. Flores blancas en cimas corimbosas muy nutridas. Flores con estambres indefinidos de anteras rosadas. Frutos ovoideos o redondos de 10-15 mm. de diámetro, rojizos, con una sola semilla. Datos de cultivo: Se ha empleado como patrón para injertar varios frutales. También se ha utilizado para formar setos vivos espinosos. Utilidad: sus flores y frutos se utilizan como tisanas cardiotónicas. Localización: Podemos encontrar espinos como sotobosque y en bordes de caminos en la mayor parte de Cantabria.

Flora de Cantabria


El abedul es una especie autóctona originaria de casi toda Europa Descripción: Árbol que puede alcanzar hasta 30 m. de altura, con la corteza al principio rojiza con anchas bandas horizontales grises. Con la edad pasa a ser blanca con manchas romboidales negras, grietas oscuras y arrugas en la base. Ramas colgantes, al menos en su extremidad. Hojas pecioladas romboidales u ovado-romboidales con el margen doblemente aserrado y 6-9 pares de nervios. Flores masculinas en amentos precoces, colgantes, visibles durante todo el invierno, de color marrón purpúreo. Flores femeninas en amentos cilíndricos rectos de color verde pálido. Los frutos son aquenios con dos alas laterales de color pardo amparados por una escama lateral trilobada, formando una infrutescencia cilíndrica colgante que se desarticula en la madurez. Posee una madera amarillenta o blanco-rojiza, elástica, no duradera, empleada en la fabricación de pipas, cajas, zuecos, etc. Su corteza se emplea para fabricar calzados, cestas, cajas, etc. Sus hojas tienen propiedades medicinales. Presentes en Peña Sagra, cabeceras de los ríos Nansa, Saja e Hijar.

Flora de Cantabria


El haya es un árbol de gran porte, de tronco casi siempre recto y con sus hojas elípticas, pecioladas y que presentan vellosidad en los márgenes y en los nervios. Su fruto característico es el hayuco que madura al final del verano. Está formado por una cápsula que se abre en cuatro partes en cuyo interior han madurado cuatro hayucos que tienen forma de pirámide de base triangular. Los hayedos se situan en las laderas umbrías de las montañas generalmente hacia el norte ya que necesitan gran cantidad de humedad. Generalmente se situan por encima de los 600 m pudiendo alcanzar hasta los 1600 m. Son bosques con escasa vegetación ya que sus ramas y hojas se disponen captando toda la energía solar que llega e impidiendo que los rayos solares lleguen al suelo. Por último destacamos que su sistema radicular es extenso y poco profundo. Destacamos en Cantabria los hayedos de Cabuérniga y Liébana.

Flora de Cantabria


El acebo es un árbol de pequeña altura, muchas veces arbustivo, que presenta hojas verdes lustrosas que en su parte baja son espinosas y en la copa pierden dicha característica. Esta adaptación es una actuación defensiva ante el ramoneo de los herbívoros. Otra carcterística curiosa es que es una especie dioica, es decir hay árboles con flores masculinas y otros con femeninas. En consecuencia las bayas rojizas que se forman en el otoño e invierno nos indican que el árbol es femenino. Es una especie protegida ya que en nuestros bosques sirve de refugio y alimento a gran número de animales y en especial del urogallo. Su madera se ha utlizado para ebanistería y como curiosidad etnográfica en la zona de los Ancares pequeñas ramas secas se prendían y servían como iluminación a las pallozas. En San Sebastian de Garabandal, Los Llares, Peña Sagra, etc

Flora de Cantabria

El castaño alcanza los 25 - 35 metros de altura. Tiene una gran logevidad, a menudo cuando alcanza la centena de años suele ahuecarse por la base del tronco. La corteza, lisa en su juventud, después de rebasados los veinte años, forma una especie de cordones de color gris oscuro a modo de espiral vuelta hacia la derecha. Las hojas son grandes, oblongolanceoladas, poseen márgenes dentados y la nerviación principal y secundaria es muy manifiesta. Las flores masculinas se presentan en amentos largos y erectos. Las femeninas forman en grupos 1 a 3 una cúpula. Sus frutos son las castañas que son muy apreciadas no sólo por los hombres sino también por numerosos animales en el otoño. Castaños espectaculares en Terán (Cabuérniga)

Flora de Cantabria


El avellano es un pequeño árbol que no sobrepasa los 10 m. de altura, con frecuencia con porte arbustivo. Corteza pardo-grisácea o gris rojiza, lisa o algo resquebrajada en la parte inferior, agrietándose con los años. Hojas anchamente obovadas, terminadas en punta bruscamente, cordiformes en la base. Margen doblemente aserrado, a veces ligeramente lobulado. Haz glabro, verde oscuro y envés con pelos en las nerviaciones. Flores en amentos. Los masculinos colgantes, de 5 cm. de longitud, amarillentos, apareciendo en el otoño anterior. Los femeninos más pequeños, ovoides, de color marrón, semejando yemas foliares. Avellanas amparadas por un involucro de dos brácteas verdosas que apenas sobrepasan al fruto. Avellanas de 1.5-2 cm. de diámetro, dispuestas en grupos de 1-5. Es muy frecuente en las proximidades de los cursos fluviales.

Flora de Cantabria


El tejo es un de los árboles representativos de Cantabria. Se caracteriza por vivir en zonas altas de montaña y suelos calizos. Su crecimiento es muy lento y con una gran longevidad. Podemos destacar el tejo de la Iglesia de Lebeña en Liébana (Cantabria). Desde allí se parte a una excursión que nos lleva a la braña de los Tejos, donde se pueden observar un grupo importante de tejos en los riscos calizos de la zona. Es de hoja perenne y todos sus componentes son venenosos, excepto la parte carnosa (rojiza) del fruto. Esta característica fue usada por los antiguos cántabros para suicidarse y no caer prisioneros de los romanos. La madera del tejo es muy preciada por los carpinteros y escultores. Cabe destacar que muchos de nuestros tejos desaparecieronen siglos pasados por una gran demanda de su madera para la fabricación de arcos en Inglaterra.

Cuevas de Altamira

Historia Las visitas a la cueva
Entrada al Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira.
Reproducción de la cueva en el "Deutsches Museum" de Múnich.

Durante los años 1960 y 1970, los numerosos visitantes que accedieron a la cueva hicieron peligrar su microclima y la conservación de las pinturas. Se creó un debate sobre la conveniencia de cerrar Altamira al público.

En 1977 se clausuró la cueva al público para reabrirse finalmente en 1982 y permitir el acceso a un restringido número de visitantes por día.

El amplio número de personas que deseaba ver la cueva y el largo periodo de espera para acceder a ella (más de un año) hizo plantearse la necesidad de construir una réplica. Desde 2001, junto a la cueva se levanta el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, obra del arquitecto Juan Navarro Baldeweg. Destaca en su interior la llamada Neocueva de Altamira, la reproducción más fiel que existe de la original y muy similar a como se conocía hace 15.000 años. En su interior se puede contemplar una reproducción de las famosas pinturas del Gran Techo de la cueva, llevada a cabo por Pedro Saura y Matilde Múzquiz, catedrático de fotografía y profesora titular de dibujo de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, respectivamente. En esta reproducción se utilizaron las mismas técnicas de dibujo, grabado y pintura que emplearon los pintores paleolíticos. La reproducción se llevó a tal extremo que durante el estudio de las originales se descubrieron nuevas pinturas y grabados.

Existen otras reproducciones de las pinturas en una cueva artificial realizada en el jardín del Museo Arqueológico Nacional de España, en el Deutsches Museum en Múnich y en el Parque de España en Tokio. En el Parque de la Prehistoria de Teverga, Asturias, existe una fiel reproducción parcial del Gran Techo. Las tres últimas reproducciones mencionadas han sido hechas también por el equipo de la Universidad Complutense.

Actualmente existe un amplio debate sobre la idoneidad de reabrir o no la cueva al público. El Ministerio de Cultura encargó un estudio sobre el estado de las pinturas y la conveniencia de programar visitas y que se espera se haga público pronto. De cualquier forma, en el supuesto de que se permitiese de nuevo el acceso, estas visitas estarían muy restringidas en número.

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