miércoles, 6 de octubre de 2010

Guerras Cantabras


Se conoce como Guerras Cántabras (29 a. C.-19 a. C.) a los enfrentamientos entre el Imperio romano y los distintos pueblos astures y cántabros que habitaban el territorio conocido ya por los antiguos romanos como Cantabri,[1] al norte en la Península Ibérica.

Los enfrentamientos mantenidos por Roma contra los diversos pueblos del Norte hispano (cántabros y astures principalmente) representaban la culminación de la larga conquista de la Península Ibérica. La resonancia de estas guerras sobrepasó a la de gran parte de las emprendidas por el Estado Romano a lo largo de su historia. La razón de ello no hay que buscarla en el ámbito estrictamente militar, sino en el alcance político que se le concedió a la conquista del Norte peninsular, única operación dirigida personalmente por el emperador César Augusto. [2]

"En el occidente estaba ya en paz casi toda Hispania, excepto la parte de la Citerior, pegada a los riscos del extremo del Pirineo, acariciados por el océano."
Lucio Anneo Floro, historiador romano del siglo I

Así comienza Floro su relato para narrar los hechos acaecidos en una contienda que hizo que el propio emperador romano César Augusto, abriera las puertas del templo de Jano, en señal de combate total, y se desplazara en persona desde Roma hasta tierra de cántabros.

Portus Bledium


Suances es considerado el antiguo Portus Blendium de los romanos, llamado así porque el mineral de blenda era su principal comercio;[2] así lo atestiguan las diversas excavaciones realizadas en la zona de la iglesia.

Desde el siglo XII, se tiene conocimiento de la importancia del puerto de San Martín de la Arena, que soportaba un alto volumen de pesca de ballenas y comercio, gobernado casi en totalidad por la Casa de la Vega, siendo lo suficientemente importante como para que fuese atacado por navíos de Santander debido a diferencias mercantiles. A partir del siglo XVII, debido al proceso de colmatación de la ría, esta actividad comienza a descender. De esta época son las Defensas del Torco, ho rehabilitadas.

El edificio más antiguo de que se tiene conocimiento es la Torre de Defensa de Suances, hoy en ruinas, construida por Diego Hurtado de Mendoza entre 1403 y 1437, que fue ampliamente fortificada por murallas.

A partir de mediados del siglo XIX, se comienza a generalizar la práctica de los baños, atrayendo a los veraneantes de aquella época, que construyen sus chalets. El auge de la construcción fue promovido por la construcción del malecón en 1878, que partió la enorme playa de Suances en dos y niveló la zona, permitiendo el crecimiento del pueblo junto a la playa y no sólo en la loma.

De finales del siglo siglo XIX y principios de siglo XX data la explendida mansion de Don Jaime del Amo,un rico indiano, de un estilo que recuerda los castillos centroeuropeos, actualmente en ruinas.

En 1890 el ayuntamiento de Ongayo se traslada a Suances, para lo cual se construye el edificio actual, en estilo eclecticista neo-clásico, como curiosidad, el edificio es identico al de la localidad asturiana de Colombres.

En la primera decada del siglo siglo XIX se contruyen gracias al mecenazgo de Juan José Gómez-Quintana y Susana del Amo los dos colegios de la calle Quintana, inicialmente de beneficencia.

En la actualidad, la industria, la pesca y el turismo son las fuentes principales de ingresos de la población. Suances, como pueblo costero, se ha desarrollado abocado al mar, y una profesión común es la de marinero.