Es el animal terrestre más grande de toda la fauna ibérica. El oso pardo presenta un espeso y tupido pelaje, una pequeña cola y una enorme cabeza, rematada por dos pequeñas orejas redondeadas. Los osos pardos cantábricos son los más pequeños de todo el mundo, pues los machos rara vez sobrepasan los 180 kg y las hembras rondan los 130 ó 140 kg.
La coloración del pelaje de los osos ibéricos varía desde un crema pálido hasta el pardo oscuro, pero siempre con una peculiar coloración más oscura, casi negra, en las patas y amarillenta en la punta de los pelos. Los ojos y el final de la trufa son negros.
El oso pardo es un animal plantígrado. La alimentación del oso pardo depende en gran parte de los frutos (castañas, bellotas, hayucos, arándanos,...) y las partes más digeribles de las plantas (brotes y hojas tiernas), por lo que su hábitat ha de ser generoso en frutos de todo tipo y, por otro lado, ha de conservar extensiones bastante amplias para permitir a unos animales tan grandes moverse a gusto, tener lugares tranquilos donde descansar y refugios seguros para encuevarse durante el invierno. Son unos devoradores de carne totalmente atípicos (carroñas de ungulados silvestres y domesticos) y su dieta se completa con hormigas, otros insectos, miel y setas.
Los poco más de 80 osos que quedan en España se encuentran repartidos en tres núcleos poblacionales: Núcleo occidental (Galicia, Asturias y Castilla y León): es el mejor de los núcleos, con unos 60 osos; Núcleo cantábrico oriental (Asturias, Cantabria y Castilla y León): está separado del anterior por 30 a 50 km y acoge a unos 20 ejemplares y Núcleo pirenaico: es en realidad un núcleo residual que tiene menos de 5 individuos.
Para el letargo invernal ocupan cuevas abrigadas, brezales y huecos de viejos robles. En la Cordillera Cantábrica la hibernación se suele dar de enero a marzo, aunque depende de la rigidez del invierno y la disponibilidad de comida. La entrada en la osera viene precedida por unas grandes ingestas de alimento con el consiguiente desarrollo de las acumulaciones de grasa.
Los osos son los vertebrados con las menores tasas de natalidad del mundo. Las hembras alcanzan la madurez sexual a una edad entre 3 años y medio y 5 años. Entre una camada y otra transcurren tres años, y cada camada consta de una a tres crías
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