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Noticias Diario Montañes
jueves, 11 de febrero de 2010
Flora de Cantabria
El espino albar o majuelo es un arbusto o arbolillo de hasta 10 m. de talla, con la corteza grisácea y ramas densas e intrincadas, armadas de fuertes y cortas espinas. Madera dura. Ramillas rojizas o amarillentas. Hojas pecioladas poseen 3-7 lóbulos generalmente profundos, agudos, más o menos enteros, a veces con dientes en el ápice. Flores blancas en cimas corimbosas muy nutridas. Flores con estambres indefinidos de anteras rosadas. Frutos ovoideos o redondos de 10-15 mm. de diámetro, rojizos, con una sola semilla. Datos de cultivo: Se ha empleado como patrón para injertar varios frutales. También se ha utilizado para formar setos vivos espinosos. Utilidad: sus flores y frutos se utilizan como tisanas cardiotónicas. Localización: Podemos encontrar espinos como sotobosque y en bordes de caminos en la mayor parte de Cantabria.
Flora de Cantabria
El abedul es una especie autóctona originaria de casi toda Europa Descripción: Árbol que puede alcanzar hasta 30 m. de altura, con la corteza al principio rojiza con anchas bandas horizontales grises. Con la edad pasa a ser blanca con manchas romboidales negras, grietas oscuras y arrugas en la base. Ramas colgantes, al menos en su extremidad. Hojas pecioladas romboidales u ovado-romboidales con el margen doblemente aserrado y 6-9 pares de nervios. Flores masculinas en amentos precoces, colgantes, visibles durante todo el invierno, de color marrón purpúreo. Flores femeninas en amentos cilíndricos rectos de color verde pálido. Los frutos son aquenios con dos alas laterales de color pardo amparados por una escama lateral trilobada, formando una infrutescencia cilíndrica colgante que se desarticula en la madurez. Posee una madera amarillenta o blanco-rojiza, elástica, no duradera, empleada en la fabricación de pipas, cajas, zuecos, etc. Su corteza se emplea para fabricar calzados, cestas, cajas, etc. Sus hojas tienen propiedades medicinales. Presentes en Peña Sagra, cabeceras de los ríos Nansa, Saja e Hijar.
Flora de Cantabria
El haya es un árbol de gran porte, de tronco casi siempre recto y con sus hojas elípticas, pecioladas y que presentan vellosidad en los márgenes y en los nervios. Su fruto característico es el hayuco que madura al final del verano. Está formado por una cápsula que se abre en cuatro partes en cuyo interior han madurado cuatro hayucos que tienen forma de pirámide de base triangular. Los hayedos se situan en las laderas umbrías de las montañas generalmente hacia el norte ya que necesitan gran cantidad de humedad. Generalmente se situan por encima de los 600 m pudiendo alcanzar hasta los 1600 m. Son bosques con escasa vegetación ya que sus ramas y hojas se disponen captando toda la energía solar que llega e impidiendo que los rayos solares lleguen al suelo. Por último destacamos que su sistema radicular es extenso y poco profundo. Destacamos en Cantabria los hayedos de Cabuérniga y Liébana.
Flora de Cantabria
El acebo es un árbol de pequeña altura, muchas veces arbustivo, que presenta hojas verdes lustrosas que en su parte baja son espinosas y en la copa pierden dicha característica. Esta adaptación es una actuación defensiva ante el ramoneo de los herbívoros. Otra carcterística curiosa es que es una especie dioica, es decir hay árboles con flores masculinas y otros con femeninas. En consecuencia las bayas rojizas que se forman en el otoño e invierno nos indican que el árbol es femenino. Es una especie protegida ya que en nuestros bosques sirve de refugio y alimento a gran número de animales y en especial del urogallo. Su madera se ha utlizado para ebanistería y como curiosidad etnográfica en la zona de los Ancares pequeñas ramas secas se prendían y servían como iluminación a las pallozas. En San Sebastian de Garabandal, Los Llares, Peña Sagra, etc
Flora de Cantabria
El castaño alcanza los 25 - 35 metros de altura. Tiene una gran logevidad, a menudo cuando alcanza la centena de años suele ahuecarse por la base del tronco. La corteza, lisa en su juventud, después de rebasados los veinte años, forma una especie de cordones de color gris oscuro a modo de espiral vuelta hacia la derecha. Las hojas son grandes, oblongolanceoladas, poseen márgenes dentados y la nerviación principal y secundaria es muy manifiesta. Las flores masculinas se presentan en amentos largos y erectos. Las femeninas forman en grupos 1 a 3 una cúpula. Sus frutos son las castañas que son muy apreciadas no sólo por los hombres sino también por numerosos animales en el otoño. Castaños espectaculares en Terán (Cabuérniga)
Flora de Cantabria
El avellano es un pequeño árbol que no sobrepasa los 10 m. de altura, con frecuencia con porte arbustivo. Corteza pardo-grisácea o gris rojiza, lisa o algo resquebrajada en la parte inferior, agrietándose con los años. Hojas anchamente obovadas, terminadas en punta bruscamente, cordiformes en la base. Margen doblemente aserrado, a veces ligeramente lobulado. Haz glabro, verde oscuro y envés con pelos en las nerviaciones. Flores en amentos. Los masculinos colgantes, de 5 cm. de longitud, amarillentos, apareciendo en el otoño anterior. Los femeninos más pequeños, ovoides, de color marrón, semejando yemas foliares. Avellanas amparadas por un involucro de dos brácteas verdosas que apenas sobrepasan al fruto. Avellanas de 1.5-2 cm. de diámetro, dispuestas en grupos de 1-5. Es muy frecuente en las proximidades de los cursos fluviales.
Flora de Cantabria
El tejo es un de los árboles representativos de Cantabria. Se caracteriza por vivir en zonas altas de montaña y suelos calizos. Su crecimiento es muy lento y con una gran longevidad. Podemos destacar el tejo de la Iglesia de Lebeña en Liébana (Cantabria). Desde allí se parte a una excursión que nos lleva a la braña de los Tejos, donde se pueden observar un grupo importante de tejos en los riscos calizos de la zona. Es de hoja perenne y todos sus componentes son venenosos, excepto la parte carnosa (rojiza) del fruto. Esta característica fue usada por los antiguos cántabros para suicidarse y no caer prisioneros de los romanos. La madera del tejo es muy preciada por los carpinteros y escultores. Cabe destacar que muchos de nuestros tejos desaparecieronen siglos pasados por una gran demanda de su madera para la fabricación de arcos en Inglaterra.
Cuevas de Altamira
Historia Las visitas a la cueva
Entrada al Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira.
Reproducción de la cueva en el "Deutsches Museum" de Múnich.
Durante los años 1960 y 1970, los numerosos visitantes que accedieron a la cueva hicieron peligrar su microclima y la conservación de las pinturas. Se creó un debate sobre la conveniencia de cerrar Altamira al público.
En 1977 se clausuró la cueva al público para reabrirse finalmente en 1982 y permitir el acceso a un restringido número de visitantes por día.
El amplio número de personas que deseaba ver la cueva y el largo periodo de espera para acceder a ella (más de un año) hizo plantearse la necesidad de construir una réplica. Desde 2001, junto a la cueva se levanta el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, obra del arquitecto Juan Navarro Baldeweg. Destaca en su interior la llamada Neocueva de Altamira, la reproducción más fiel que existe de la original y muy similar a como se conocía hace 15.000 años. En su interior se puede contemplar una reproducción de las famosas pinturas del Gran Techo de la cueva, llevada a cabo por Pedro Saura y Matilde Múzquiz, catedrático de fotografía y profesora titular de dibujo de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, respectivamente. En esta reproducción se utilizaron las mismas técnicas de dibujo, grabado y pintura que emplearon los pintores paleolíticos. La reproducción se llevó a tal extremo que durante el estudio de las originales se descubrieron nuevas pinturas y grabados.
Existen otras reproducciones de las pinturas en una cueva artificial realizada en el jardín del Museo Arqueológico Nacional de España, en el Deutsches Museum en Múnich y en el Parque de España en Tokio. En el Parque de la Prehistoria de Teverga, Asturias, existe una fiel reproducción parcial del Gran Techo. Las tres últimas reproducciones mencionadas han sido hechas también por el equipo de la Universidad Complutense.
Actualmente existe un amplio debate sobre la idoneidad de reabrir o no la cueva al público. El Ministerio de Cultura encargó un estudio sobre el estado de las pinturas y la conveniencia de programar visitas y que se espera se haga público pronto. De cualquier forma, en el supuesto de que se permitiese de nuevo el acceso, estas visitas estarían muy restringidas en número.
Entrada al Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira.
Reproducción de la cueva en el "Deutsches Museum" de Múnich.
Durante los años 1960 y 1970, los numerosos visitantes que accedieron a la cueva hicieron peligrar su microclima y la conservación de las pinturas. Se creó un debate sobre la conveniencia de cerrar Altamira al público.
En 1977 se clausuró la cueva al público para reabrirse finalmente en 1982 y permitir el acceso a un restringido número de visitantes por día.
El amplio número de personas que deseaba ver la cueva y el largo periodo de espera para acceder a ella (más de un año) hizo plantearse la necesidad de construir una réplica. Desde 2001, junto a la cueva se levanta el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, obra del arquitecto Juan Navarro Baldeweg. Destaca en su interior la llamada Neocueva de Altamira, la reproducción más fiel que existe de la original y muy similar a como se conocía hace 15.000 años. En su interior se puede contemplar una reproducción de las famosas pinturas del Gran Techo de la cueva, llevada a cabo por Pedro Saura y Matilde Múzquiz, catedrático de fotografía y profesora titular de dibujo de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, respectivamente. En esta reproducción se utilizaron las mismas técnicas de dibujo, grabado y pintura que emplearon los pintores paleolíticos. La reproducción se llevó a tal extremo que durante el estudio de las originales se descubrieron nuevas pinturas y grabados.
Existen otras reproducciones de las pinturas en una cueva artificial realizada en el jardín del Museo Arqueológico Nacional de España, en el Deutsches Museum en Múnich y en el Parque de España en Tokio. En el Parque de la Prehistoria de Teverga, Asturias, existe una fiel reproducción parcial del Gran Techo. Las tres últimas reproducciones mencionadas han sido hechas también por el equipo de la Universidad Complutense.
Actualmente existe un amplio debate sobre la idoneidad de reabrir o no la cueva al público. El Ministerio de Cultura encargó un estudio sobre el estado de las pinturas y la conveniencia de programar visitas y que se espera se haga público pronto. De cualquier forma, en el supuesto de que se permitiese de nuevo el acceso, estas visitas estarían muy restringidas en número.
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